Por qué eliminar el plástico

Te proponemos algo: haz una pequeña pausa, aleja tu mirada de la pantalla en la que lees estas líneas y mira a tu alrededor. ¿Cuántos objetos de plástico tienes a la vista? Seguramente, muchos. También es probable que, desde que te has levantado esta mañana, hayas usado numerosos objetos de este material, sin pensar en la importancia que ha adquirido en nuestro día a día.

El plástico es un material muy útil. Es resistente, duradero, ligero y económico. Ha hecho posible numerosos avances y ha revolucionado nuestro mundo, pero su uso desproporcionado ha generado una serie de problemas..

Producimos unos 430 millones de toneladas de plástico al año, dos tercios de los cuales tienen una vida útil muy breve. Una parte importante de estos plásticos no se desecha adecuadamente y acaba en el medioambiente. Como tardan cientos de años en degradarse, es solo cuestión de tiempo que muchos de ellos terminen en los ríos o en las costas, y que de ahí vayan a parar al mar.

No se sabe exactamente cuántos plásticos llegan a los mares cada año, pero se calcula que la cifra puede rondar los 11 millones de toneladas métricas y que esta cantidad se puede triplicar en las próximas décadas. 

Una de las soluciones a este problema pasa por producir menos plásticos de un solo uso y mejorar los sistemas de recogida, reciclaje y reutilización de este material. Otra, igualmente importante, se centra en limpiar y retirar de los mares todo aquel plástico que podamos.

Y aquí es donde entra en juego Gravity Wave.

Lo que podemos ganar recogiendo plástico en el mar

Se calcula que los plásticos representan al menos el 85 % de los desechos que hay en el mar. Se encuentran en las playas, en las aguas costeras y en las fosas más profundas del océano. Esto implica que, al limpiar este material, estamos dando solución a un problema global y urgente. Un problema que empieza en la tierra y que se expande por los océanos.

De hecho, el rastro del impacto de los plásticos empieza incluso antes de llegar al mar: este material atrapa y absorbe contaminantes, como los restos de componentes farmacéuticos e industriales, y los llevan hasta los océanos.  Allí, los animales marinos ingieren estos plásticos absorbiendo con ellos los contaminantes.

Muchos de los químicos que acompañan al plástico pueden alterar el desarrollo o el sistema inmunitario de algunos seres vivos, como varias especies de invertebrados. La toxicidad puede transmitirse a través de la cadena alimentaria, llegando así hasta los seres humanos.

Animales más grandes, como tortugas, aves o delfines también terminan tragando trozos más grandes de plástico, por error o al confundirlos con comida. Muchos mueren ahogados o por inanición: el plástico termina ocupando tanto espacio en sus estómagos que no deja espacio para los alimentos. Se han encontrado trozos de plástico en el sistema digestivo de todas las especies de tortugas marinas y de casi la mitad de las especies de aves y mamíferos marinos que se han estudiado hasta la fecha.

En su viaje por el océano, los plásticos también cambian de forma. Con el tiempo, se van deshaciendo en fragmentos cada vez más pequeños, como los microplásticos o los nanoplásticos, hasta resultar imperceptibles a nuestra vista. Tanto estos pequeños plásticos como los más grandes se desplazan con las corrientes, llevando con ellos especies invasoras que pueden alterar los ecosistemas.

Y, por supuesto, los plásticos también se depositan en el fondo del océano. Algunos de los más grandes terminan asfixiando la vida de organismos como las algas y los corales, al cubrirlos y evitar que les llegue la luz. Pero el viaje de estos residuos no acaba aquí: se calcula que la basura marina afecta, de un modo u otro, a la gran mayoría de todas las especies marinas. 

No es de extrañar, por tanto, que cuando preguntamos a pequeños grupos de personas qué acción sostenible les parecía más interesante, el 47,3 % señaló recoger plásticos y limpiar los océanos. Esto supone que, prácticamente, una de cada dos personas lo veía como la acción más prioritaria. 

Este porcentaje y el resto de las conclusiones de nuestros análisis en busca de la acción medioambiental con más impacto nos llevaron a decantarnos por este propósito y a apoyar a Gravity Wave en su proyecto de recoger plástico de los mares.

Así, cada vez que pagas con nuestra tarjeta, el 25 % de la tasa de intercambio se destinará a los proyectos de limpieza del mar de Gravity Wave. Porque creemos que tener unos mares más libres de plástico es una prioridad y, también, una acción que debe ser inmediata.