Qué es el FOMO y cómo puede afectar a las personas

Imagina que todas tus amistades están en un concierto top, publicando story tras story en Instagram, y tú estás en casa, en pijama y viendo la misma serie por tercera vez. Sientes una sensación incómoda de remordimientos, como si estuvieras perdiéndote algo increíble. ¡Sorpresa! Eso es el FOMO. Y es una sensación cada vez más común en la actualidad.

Vivimos en una época donde la vida de los demás está a solo un clic de distancia, y las redes sociales nos muestran constantemente planes, viajes y logros de otras personas, haciéndonos sentir que nunca estamos haciendo lo suficiente. Pero, ¿qué es exactamente el Fear Of Missing Out y cómo puede influir en nuestro día a día?

A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre el FOMO, mejor conocido como el miedo a no estar involucrado en todos los planes existentes para presumir de ellos en tu feed de Instagram.

¿Qué es el FOMO?

El famoso FOMO viene del inglés Fear of Missing Out, que significa "miedo a perderse algo". Es esa sensación de que los demás están viviendo experiencias asombrosas mientras tú estás en casa perdiéndote todo lo bueno. Con las redes sociales bombardeándonos con constante información idealizada, es fácil sentir que estás quedando fuera de algo importante. La constante exposición a vidas aparentemente perfectas puede hacer que uno dude de sus propias elecciones y se genere una sensación de vacío o insatisfacción crónica, especialmente entre jóvenes y adolescentes, como explican desde la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Relación de tener FOMO y las redes sociales

Antes de que existiera Instagram, si te perdías una fiesta, lo peor que te podía pasar era que tus amistades te lo contaran el lunes en el recreo o en el descanso del café en la ofi. Pero ahora, con un solo vistazo a las redes, puedes ver en tiempo real experiencias que no estás viviendo y que el resto parece disfrutar tanto. Y eso, duele.

El problema con estas situaciones épicas o viajes de ensueño es que todo es una versión filtrada de la realidad, ya que nadie sube a sus perfiles sus momentos más corrientes, aburridos o tristes. Pero nuestro cerebro no lo entiende, y nos hace sentir que nuestra vida no es suficiente en comparación con la de estas personas.

El FOMO afecta especialmente a las generaciones más jóvenes y susceptibles, ya que, tal y como indica el portal de bienestar digital E-TIC, el deseo de aceptación social y popularidad durante esta etapa es mucho más elevado que en otros ciclos vitales.

Características

Así, las redes sociales se coronan como el principal combustible del FOMO y, debido a ellas, nos es más fácil compararnos con realidades editadas y filtradas, dificultándonos sentirnos felices con la vida que vivimos. Esta relación tóxica incluye características como las que te dejamos a continuación.

  • Exposición constante a vidas “perfectas”. Las redes sociales solo muestran los mejores momentos, creando la ilusión de que los demás tienen una vida más emocionante y sin problemas. No vemos los momentos de aburrimiento, cansancio o dificultad de los demás, lo que puede generar una percepción irreal de la vida.
  • Refuerzo de la validación externa. Los likes y comentarios actúan como una especie de recompensa psicológica, haciendo que muchas personas sientan que su valor depende de la aceptación de los demás en redes. Esto refuerza la necesidad de estar constantemente compartiendo contenido para no “quedarse atrás”.
  • Comparaciones poco realistas. Nos comparamos con influencers, celebridades o incluso con amigos que solo muestran su mejor versión. Esto puede hacernos sentir que nuestras experiencias son menos valiosas o emocionantes, aunque en realidad estemos viviendo de manera plena.
  • Dificultad para desconectarse. La sensación de que algo importante está sucediendo y nosotros no estamos ahí genera una compulsión por revisar constantemente el teléfono. Esto puede llevar a un uso excesivo de redes sociales, afectando la concentración, el sueño y la salud mental en general.
  • El fenómeno de la inmediatez. Con las historias de Instagram, TikTok y otras plataformas que muestran contenido efímero, sentimos la necesidad de estar siempre atentos para no perdernos ninguna actualización, lo que genera estrés y ansiedad.

Para reducir el impacto del FOMO en redes sociales, es importante centrarse en experiencias genuinas fuera de la pantalla. Practicar la desconexión digital y aprender a disfrutar del presente sin necesidad de la validación de otros son pasos clave para recuperar el control sobre nuestra relación con las redes.

Síntomas del FOMO

Antes de que te ofrezcas como tributo a todo plan que surja, párate a pensar: ¿De verdad quieres ir, o simplemente tienes miedo de las consecuencias sociales de no hacer acto de presencia? El FOMO, aunque no lo parezca, es un fenómeno que puede afectarte psicológicamente, alterando tu estado de ánimo, tu comportamiento y tus decisiones diarias. 

¿Te preocupa poder estar sufriendo actualmente las consecuencias de esta patología? Aquí compartimos contigo los síntomas más comunes del FOMO para chequear si sufres o no de alguno de ellos:

  • Necesidad constante de revisar redes sociales para asegurarte de que no te estás perdiendo nada.
  • Dificultad para tomar decisiones porque siempre piensas que hay una mejor opción.
  • Miedo a decir “no” a planes o compromisos por temor a quedar fuera.
  • Sensación de vacío o insatisfacción después de ver publicaciones de otras personas.
  • Fatiga y estrés debido a la presión de hacer más cosas de las que realmente disfrutas.

Cómo puede afectar el síndrome del FOMO

El síndrome FOMO no es solo un tema de redes sociales, sino que puede afectar en varios aspectos de tu vida. Si alguna vez has sentido ansiedad al ver un reel o una foto de tus amistades pasándoselo en grande en una fiesta en la que tú no estabas, ya lo has experimentado. Algunos efectos negativos del FOMO y de este tipo de ansiedad social incluyen:

  • Estrés y ansiedad. La sensación de estar perdiéndote algo puede generar una inquietud constante, impidiendo que te relajes o disfrutes del momento en el que te encuentras.
  • Baja autoestima. Compararte con las demás personas puede hacer que te sientas insuficiente o que creas que tu vida es menos interesante.
  • Dependencia del teléfono. La necesidad de estar siempre conectado para no perderse ninguna actualización puede llevar a una adicción digital.
  • Sensación de insatisfacción con tu vida. Al centrarte en lo que no tienes en lugar de valorar lo que sí tienes, puedes desarrollar un estado de insatisfacción permanente.
  • Dificultad para disfrutar del presente. En lugar de vivir y disfrutar lo que tienes delante, pasas el tiempo preguntándote qué más podrías estar haciendo.

Además, aceptar demasiadas invitaciones o compromisos por miedo a quedarse fuera puede provocar que priorices actividades superficiales en lugar de experiencias realmente significativas para ti.

Para gestionar el FOMO, es importante aprender a establecer límites, cambiar el enfoque de ciertos aspectos de la vida y centrarse en el presente en lugar de compararse constantemente con los demás.

Cómo combatirlo

Ante todo, tranquilidad, porque aunque pueda parecer difícil luchar contra estos miedos e inseguridades, no todo está perdido. Existen formas de combatir el FOMO y recuperar tu paz mental en el proceso. ¡Estos son algunos tips efectivos para decirle adiós a esa ansiedad!

  • Reduce el tiempo en redes. Menos comparaciones, más momentos reales. Intenta desconectar algunas horas al día y notarás la diferencia.
  • Agradece lo que tienes. Valora lo que está pasando en tu vida ahora en lugar de enfocarte en lo que otros están haciendo. Comenzar un diario de gratitud puede ser una buena opción. 
  • Vive el presente. No todo lo emocionante está tras una pantalla. Aprende a disfrutar cada momento sin la necesidad de validarlo en redes sociales.
  • Aprende a decir no. No tienes que estar en todos lados para ser feliz. Prioriza eventos y actividades que realmente disfrutes y no solo aquellos en los que creas que debes estar.
  • Cambia tu perspectiva. En lugar de ver lo que te pierdes, enfócate en lo que ganas al elegir tu propio ritmo de vida.

Spoiler: Al final del día, el FOMO es solo una ilusión creada por la comparación constante y la idealización de la vida de los demás en redes sociales. Por lo que no, no necesitas estar en todas partes ni hacerlo todo para tener una vida plena.

Lo importante es aprender a disfrutar el presente, valorar lo que tienes y tomar decisiones que te hagan feliz a ti, no a tu feed. Así que la próxima vez que sientas esa ansiedad por perderte algo, respira, activa tu momento de detox digital y recuerda que lo mejor que puedes hacer es vivir tu vida a tu propio ritmo, realizando planes y experiencias que de verdad te llenen y te aporten satisfacción. Y con esto… Bye, bye, FOMO!

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