Cómo saber si tienes un TCA: test y cómo superarlo
12 de noviembre
- Actualizado el 12 de noviembre de 2024 a las 10:51:00
La comida es lo que, literalmente, le da fuerza a nuestro cuerpo. Con una alimentación balanceada podemos mejorar nuestra salud, prevenir enfermedades o tener más energía. En definitiva, nos da los nutrientes que necesitamos para nuestro día a día. Sin embargo, a veces nuestra relación con la comida puede volverse complicada. Cuando los hábitos alimenticios cambian significativamente pueden aparecer trastornos que no son fáciles de detectar y que afectan tanto nuestro bienestar físico como emocional. En este post te explicamos cómo saber si tienes un TCA y cómo lograr superarlo.
- TCA: qué es
- Test del trastorno alimenticio
- Cómo salir de un TCA
- Cómo saber si alguien tiene TCA
- Tipos de TCA
- TCA: síntomas
- Síntomas físicos del TCA
TCA: qué es
TCA son las siglas de trastornos de la conducta alimentaria. Como su nombre lo indica, es una alteración en los hábitos alimenticios de una persona, que se caracteriza principalmente por tener patrones poco saludables relacionados con la comida, tal como explica la Asociación contra la anorexia y la bulimia (ACAB). Un TCA puede estar relacionado con comer en exceso, restringir la ingesta de alimentos o por preocuparse de forma obsesiva con el peso corporal y la forma del cuerpo.
Este trastorno no solamente puede afectar la salud física, sino que también tiene repercusiones emocionales y mentales. Ya que, aunque es un trastorno que se puede evidenciar de forma física, generalmente la verdadera batalla está en la cabeza.
Test del trastorno alimenticio
No es fácil saber si se tiene un trastorno alimenticio y lo mejor será acudir a profesionales que puedan dar una respuesta a tu situación. Porque, ¿hay diferencias entre una persona que le gusta cuidar su físico e ir al gimnasio de forma disciplinada y una persona que tiene vigorexia?, ¿se puede saber si una persona cuida “demasiado” lo que come?, ¿cuál es la línea entre una alimentación saludable de un TCA?, ¿o un atracón con un día que simplemente tenías mucha hambre?
Las respuestas a estas preguntas no siempre son claras. Sin embargo, el Centro de Asistencia Terapéutica de Barcelona incluye un test que te puede guiar para saber si tienes un TCA.
- ¿Te preocupas constantemente por estar “gordo” o “gorda” o por la forma de tu cuerpo?
- ¿Sientes un miedo real, incluyendo ansiedad, ante la posibilidad de subir de peso?
- ¿Sientes culpa o vergüenza después de comer?
- ¿Evitas comer en público o con otras personas, porque sientes incomodidad comiendo frente a alguien?
- ¿Crees que tu autoestima está directamente relacionada con el peso de la báscula?
- ¿Sueles comenzar dietas especiales y muy restrictivas con frecuencia?
- ¿Comes grandes cantidades de comida en cortos períodos de tiempo?
- ¿Sueles esconder comida?
- ¿Tienes la necesidad de mentir cuando te preguntan por tus hábitos alimenticios?
- ¿Sientes irritabilidad cuando alguien cuestiona cómo estás comiendo, incluso reaccionando de forma defensiva?
- ¿Con cuánta frecuencia pasas hambre de forma consciente, con el objetivo de bajar de peso?
- ¿Utilizas laxantes, diuréticos o vómitos autoinducidos para controlar tu peso?
- ¿Experimentas episodios donde sientes que pierdes el control al comer?
- ¿Tu estado de ánimo se puede ver afectado por tu peso?
Si, después de responder sinceramente, la mayoría han sido afirmativas, lo ideal es acudir a un profesional que pueda asesorar en tu caso particular. También es importante tener en cuenta que los TCA no son un síntoma u otro. Es decir, no porque a veces hagas una dieta restrictiva o algún día comas de más es sinónimo de tener un trastorno alimenticio, ya que realmente es un conjunto de conductas que van más allá de momentos puntuales.
Cómo salir de un TCA
Aunque sea cliché, aceptar que se tiene un TCA es lo primero. Y aunque esto suene fácil, no lo es, especialmente porque tenemos la capacidad de mentirnos a nosotros mismos y buscar la forma de justificar cómo estamos actuando.
Probablemente no despertarás un día pensando “sí, es cierto que tengo un trastorno alimenticio”, sino que serán una suma de reflexiones que te harán cuestionar si realmente tienes un trastorno o no. No solo por lo que ya puedes sentir físicamente (cansancio, frío constante o amenorrea), sino también lo que te dicen las personas que están a tu alrededor. Pero, aunque no lo aceptes desde un principio, solamente abrir la puerta a la reflexión y a la posibilidad de aceptar que se tiene un problema, es el inicio para comenzar a salir de él.
Si quieres saber cómo salir de un TCA, ten en cuenta lo siguiente:
- Considera la ayuda profesional. Una vez que aceptas el trastorno, es importante evaluar en qué grado estás. Si tu salud ya está en juego, lo ideal será acudir a un centro de especialidades para que puedas recuperarte de la forma más saludable posible.
- Terapia psicológica. Aunque, como explica la ACAB, puede haber una predisposición genética a un TCA, generalmente siempre hay un desencadenante. Por eso, la terapia cognitivo-conductual de la mano de un profesional puede ayudar a cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento.
- Paciencia. Quizás lo más importante de este proceso será la paciencia, porque no será fácil luchar contra tu propia mente. Y dependiendo de qué tan grave sea el TCA o no, esta lucha puede durar años o incluso toda la vida. Por eso es importante celebrar los pequeños avances, como cuando vuelves a comer un alimento que te habías privado o cuando sientes que puedes parar de comer. Y siempre recordar que no todos los días serán perfectos, que algún día a lo mejor no avanzas, pero mañana será un nuevo día para probar de nuevo.
- Habla abiertamente. No será fácil y no será algo que puedas hacer desde el primer día, pero hablar de ello puede ayudarte con lo que estás viviendo. Sobre todo a quitar poco a poco el estigma relacionado. Los TCA son una batalla silenciosa, mental, que no siempre se puede ver. Pero aunque no lo parezca, es muy probable que alguien cercano a ti haya tenido una experiencia similar que te puede ayudar en tu proceso.
Cómo saber si alguien tiene TCA
Saber si se tiene un TCA es un proceso de autorreflexión, pero saber si alguien más tiene un trastorno alimenticio puede ser más difícil, ya que no siempre es tan evidente. Sin embargo, hay algunas señales que pueden revelar si una persona tiene algún trastorno alimenticio.
- Cambios en los hábitos alimenticios. Si conoces a una persona con el tiempo suficiente para saber que dejó de comer determinados alimentos que antes sí comía. O que antes no tenía problemas de comer en grupo y ahora prefiere evitarlo.
- Comportamientos obsesivos. Alguien que habla constantemente sobre calorías, dietas o ejercicio. Que antes de comprar algo siempre tiene que leer la etiqueta nutricional o que pregunta constantemente qué ingredientes tiene algo antes de decidir si comerlo o no (y que no esté relacionado con alguna intolerancia o alergia).
- Señales físicas. Pérdida o aumento de peso en un período corto de tiempo, donde el cambio suele ser sorprendente.
- Aislamiento social. Siempre que haya eventos o reuniones sociales que involucren comida, prefiere cancelarlos o evitarlos.
- Cambios emocionales. Especialmente notorios cuando es una persona que por naturaleza suele ser amable, pero en el momento en el que se habla de sus hábitos alimenticios se irrita, se muestra a la defensiva y puede llegar a responder de forma agresiva.
Si sospechas que un familiar o una amistad tiene un TCA, lo principal es no juzgarlo ni enfadarse ante su comportamiento. Porque eso solo logrará que la persona se aísle más y evite el contacto con otras personas. Acude a un profesional que te pueda guiar para que te ayude no solo a ayudar a esa persona, sino a cómo manejar emocionalmente este proceso. Ya que es una situación difícil no solo para la persona con el trastorno, sino para su círculo más cercano.
Tipos de TCA
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5), los trastornos alimentarios y de la ingesta de alimentos se clasifican principalmente de la siguiente forma.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es probablemente uno de los tipos de TCA más comunes. Se caracteriza por una restricción extrema de alimentos y la obsesión por tener un peso cada vez más bajo. Las personas con anorexia nerviosa tienen una relación de amor-odio con la báscula porque desean que cada vez que se pesan (incluso más de una vez al día), muestre menos que el peso anterior, así sea por unos gramos menos.
Como resultado de este deseo, generalmente puede limitar en extremo lo que come, aunque pase mucha hambre, porque tiene un miedo intenso a engordar o incluso a no seguir perdiendo peso. Y no solamente limita la cantidad de lo que come, sino la calidad de lo que come (conocido como ortorexia) o los tipos de alimentos, eliminando todo lo que tenga más calorías de las que considera que puede consumir o aquello que pueda causar inflamación abdominal.
Las personas con anorexia nerviosa pueden desarrollar dismorfia corporal y seguir viéndose con sobrepeso a pesar de que la persona ya está en un infrapeso.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa implica episodios donde la persona come en exceso de forma descontrolada (atracones) y luego intenta “compensar” esta ingesta voraz de forma poco saludable. Es decir, puede inducir el vómito, hacer ayuno extremo, usar laxantes o diuréticos o hacer ejercicio en exceso (lo que se conoce como vigorexia).
En estos casos, es incapaz de controlar el atracón, no puede parar de comer o de controlar el tipo de comida o la cantidad que está comiendo. Aunque generalmente el tipo de comida varía, suele ser dulce o alimentos con alto contenido de calorías. Esta situación genera una sensación de pérdida de control, por eso muchas veces estos episodios ocurren en secreto, porque los sentimientos de vergüenza y culpa son frecuentes. Es decir, se esconde de familiares o amistades y no suele hacerlo en público.
En algunos casos, la adicción no está en la comida sino en el acto de vomitar y en la sensación de alivio que le produce. Incluso puede vomitar después de ingerir pequeñas cantidades de comida, sin necesidad de que sea un atracón.
Trastorno por atracón
En el trastorno por atracón los episodios de ingesta compulsiva son más frecuentes que en la bulimia nerviosa. Aunque es muy similar a la bulimia, la diferencia principal es que la persona no tiene actitudes compensatorias (exceso de ejercicio, vómito autoinducido, etc.).
Como explica la ACAB, es común que se desarrollen síntomas depresivos por el malestar que se genera al recordar los atracones. Al igual que en la bulimia, está presente la misma sensación de no tener el control y la incapacidad física de parar de comer.
PICA
Se conoce como el trastorno donde la persona siente deseo de comer sustancias que no son alimentos. Incluyendo algunos ejemplos como tierra, arena, cabello, hielo, tiza, papel, jabón, algodón, yeso, espuma para rellenar sofás, pegamento, cenizas de cigarro, almidón, bicarbonato de sodio, o cualquier otra cosa que no tiene ningún valor alimenticio.
La PICA es un trastorno más habitual durante la infancia y puede presentarse en niños o niñas que tienen autismo o algún grado de discapacidad intelectual. Puede poner en peligro la salud ya que estos materiales pueden causar intoxicaciones o problemas digestivos.
Trastorno por rumiación
La persona con trastorno por rumiación regurgita la comida que ha ingerido, es decir, la vuelve a traer a la boca después de tragarla. Luego puede volver a masticarla, tragarla o escupirla. Este proceso ocurre de forma voluntaria, es decir, que no está relacionado a un problema de náuseas o problemas digestivos. Puede desarrollarse el trastorno, aunque no de forma excluyente, durante la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno de atracones o el trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos.
Trastorno por evitación / restricción de alimentos
Aquí, la persona evita ciertos alimentos, reduce mucho la cantidad que come o se vuelve extremadamente caprichosa en comparación con lo que se considera una conducta alimentaria normal. Pero esta evitación no ocurre por miedo a engordar, como en el caso de la anorexia nerviosa, sino que puede ser por falta de interés en la comida, por cómo sabe o huele, o por miedo a atragantarse.
TCANE
Como cada cabeza es un mundo, existe una categoría llamada trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) donde entran las personas que tienen algunos comportamientos relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria, pero no encajan totalmente en uno de los tipos. Esto puede ocurrir cuando todavía se está en el inicio del trastorno o en proceso de recuperación.
Por ejemplo, una persona que tiene restricción de alimentos cada vez más intensa y estricta, y que ha bajado de peso, pero que aún no llega al punto de amenorrea, o que no lo hace con base en la dismorfia corporal (creer que tiene sobrepeso) sino por el pensamiento de “puedo bajar aún más de peso”.
TCA: síntomas
Es importante destacar que para conseguir un diagnóstico de TCA, lo recomendable siempre será acudir al médico o a un profesional de la salud mental que tenga la experticia necesaria para detectar este trastorno y hacer el acompañamiento necesario. Especialmente porque, al ser un tema donde la mente tiene mucho que ver, no siempre se presentarán los mismos comportamientos en todas las personas.
Sin embargo, si sospechas que puedes estar sufriendo un trastorno alimenticio, estos son algunos de los síntomas que, según la Universitat de Barcelona debes considerar:
Pensamientos constantes con la comida
Aunque puede parecer contradictorio, ya que muchas veces es lo que se quiere evitar, la comida se convierte en el centro de los pensamientos. Si estás en una etapa de restricción, pensarás constantemente en la comida, te acuestas a dormir ya pensando en el desayuno o comes y ya estás calculando cuándo comerás la próxima vez.
En la anorexia nerviosa, puede convertirse en una obsesión pensar qué puedes comer que cumpla con los criterios que has establecido mentalmente. Otro síntoma común es revisar de forma compulsiva las etiquetas nutricionales, y saber de memoria cuántas calorías tiene todo aquello que puedas comer. Y que, con base en esas calorías que has calculado, decidas cuánto debes comer.
Si mereces o no comer
Especialmente cuando se trata de anorexia nerviosa o trastorno por evitación. La persona puede comenzar a cuestionar si realmente “se merece” o no comer, o si debe hacer algo para merecerlo. Por ejemplo, hacer ejercicio de más, aprovechar cualquier ocasión para ir caminando, no tomar ascensores, subir siempre las escaleras, etc. Es decir, todo aquello que te haga gastar energía y que “justifique” que merezcas comer algo para reponer esas calorías que previamente se gastaron.
Cambios drásticos en los hábitos alimenticios
Saltarse comidas, seguir dietas extremas, no acabarse la comida o tirarla, tratar de dejar siempre un poco de comida en el plato para servir menos la próxima vez y reducir gradualmente las porciones, son algunos de los cambios visibles. También se pueden desarrollar “manías” con la comida como masticar en exceso.
Algunas personas comienzan a masticar chicle constantemente para disimular el sentimiento de hambre. También puede ser habitual eliminar de forma progresiva cada vez más alimentos, sin importar si aportan nutrientes (como proteínas o grasas saludables) y pensando en ellos únicamente por las calorías que aportan.
Pesarse constantemente
Saber el peso corporal, así sea de forma aproximada, no es extraño. Pero si comienzas a pesarte todos los días, incluso varias veces al día (especialmente después de comer, para “comprobar” cuánto has aumentado) puede ser un síntoma de que se está desarrollando un TCA.
En casos como la anorexia, la persona puede tener una libreta donde lleve un registro detallado de cuánto pesa y cuánto ha perdido con respecto al pesaje anterior. Si la báscula sube, puede generar frustración, pero también sentirá frustración si el pesaje se mantiene y no disminuye.
Tolerar mal los cambios
Salir a comer con otras personas o que alguien más cocine la comida y no saber cómo se preparó (si le agregó más aceite o más sal de la que deseas), produce malestar que puede ser incluso físico, por la incapacidad de tolerar los cambios.
Salir de esa “zona de confort” que ha establecido la persona con TCA alrededor de la comida, puede generar mal humor, estrés, frustración, irritabilidad y reacciones negativas hacia otras personas. Este malestar hace que la persona disminuya cada vez más las salidas con familiares o amistades y cualquier otro encuentro que altere o del que no tenga control de lo que va a comer. Incluso abandonando hobbies o actividades que antes resultaban placenteras pero que interfieren con estos comportamientos.
Síntomas físicos del TCA
Los TCA también pueden provocar síntomas físicos. Tal como explica la Clínica CTA, estos son algunos de ellos:
- Pérdida o aumento significativo del peso en un período de tiempo relativamente corto y sin causa médica aparente.
- Fatiga constante, falta de energía o sentir frío constantemente. En general, dificultad para realizar actividades cotidianas.
- Problemas gastrointestinales. Como estreñimiento, hinchazón o náuseas.
- Alteraciones en el ciclo menstrual. La amenorrea (que es la falta de período por uno o más ciclos, cuando no es causado por embarazo, lactancia o menopausia) es una de los síntomas más comunes de los TCA, especialmente de la anorexia. Como explica el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, puede ser provocada por el desequilibrio hormonal generado por el trastorno. Aunque no llegue a la ausencia total, también puede haber irregularidades en el ciclo menstrual.
- Cambios en la piel, las uñas y el cabello. La caída del cabello exagerada es habitual debido a la falta de nutrientes, así como la fragilidad y sequedad de la piel, por lo que puede ser más fácil la aparición de moretones.
Aunque los trastornos alimenticios están muy relacionados con la mente, son enfermedades que no debes ignorar porque pueden repercutir en problemas físicos o daños permanentes en tu cuerpo. Saber si tienes un TCA no es una tarea fácil, pero sí es posible, al igual de posible que es superarlo. No será un camino fácil, pero no sientas vergüenza en pedir toda la ayuda que necesites y acudir a especialistas de trastornos alimentarios que te puedan ayudar en este proceso.
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