¿Contamina viajar en avión? Datos de cuánto y alternativas sostenibles
11 de septiembre
Viajar es un placer. Nos da vida, nos abre la mente y nos permite acumular recuerdos increíbles. Pero hay una cara B que no siempre queremos ver: viajar en avión contamina mucho más de lo que solemos pensar. Por eso, antes de planificar tu siguiente escapada, conviene tener presente el verdadero impacto medioambiental de los viajes aéreos y qué otras opciones tenemos si queremos reducir nuestra huella.
Hoy vamos a hablar sin rodeos sobre cuánto contamina un avión, cómo afectan los jets privados de famosos como Taylor Swift y qué alternativas más sostenibles existen para los ciudadanos de a pie que buscan viajar de una forma más responsable.
- ¿Contamina viajar en avión? Estos son los datos
- ¿Cuánto contamina un avión frente a otros medios de transporte?
- Jets privados vs. Aviones comerciales
- Contaminación aérea: causas y consecuencias
- Alternativas sostenibles de viajar en avión
¿Contamina viajar en avión? Estos son los datos
Vale, vamos con datos. Según La Vanguardia, un vuelo emite entre 5 y 7 veces más CO₂ por pasajero que un viaje en tren en la misma ruta. En otras palabras: coger un AVE de Madrid a Barcelona es mucho más limpio que hacer ese mismo trayecto en avión.
Por ejemplo, un avión comercial de medio recorrido, como un vuelo Barcelona–París, genera unos 153 kg de CO₂ por pasajero ida y vuelta. Para que te hagas una idea, esa es casi la misma cantidad que produce un coche durante más de 1.000 km (sin tener en cuenta las variaciones por tipo de combustible o tipo de motor).
Y eso sin contar lo más invisible: las estelas de los aviones afectan al clima mucho más de lo que se suele reconocer. Esos hilitos blancos que ves en el cielo son vapor de agua condensado que modifica la formación de nubes y retiene calor, aumentando el efecto invernadero. Es decir, no solo es la gasolina que queman los motores, sino cómo cambian directamente la atmósfera.
En definitiva: sí, viajar en avión contamina, y bastante.
¿Cuánto contamina un avión frente a otros medios de transporte?
Aquí es donde la comparación duele un poco. Según un análisis de Infobae, la huella de carbono de los distintos medios de transporte queda más o menos así:
- Avión: el rey de la contaminación aérea. Especialmente en trayectos cortos donde el despegue y aterrizaje disparan el gasto de combustible.
- Cruceros: contaminan incluso más por pasajero que un avión en algunos casos, porque queman petróleo pesado y generan residuos marinos.
- Coche: depende mucho de si viajas solo o compartes. Si llenas el coche, puede ser más eficiente que un vuelo.
- Tren: el gran ganador. En rutas electrificadas, el tren es de lejos la opción más sostenible.
En la web de Vostok Electric lo explican muy claro: un vuelo Madrid – Barcelona genera por pasajero aproximadamente 115 kg de CO2, lo que en tren vendrían siendo unos 14 kg de CO2. ¿Y qué significa esto? Que el tren es hasta 8 veces más limpio que el avión en emisiones de CO₂ por pasajero. Una diferencia considerable, ¿no crees?
Jets privados vs. Aviones comerciales
Si los aviones comerciales ya son problemáticos, lo de los jets privados es otro nivel. Seguro que has visto el escándalo de Taylor Swift y la cantidad de vuelos que hace al año. Pues bien, si quieres saber cuánto contamina un jet privado, te adelantamos que es una barbaridad.
Un trayecto de una hora en jet privado puede generar 2 toneladas de CO₂, lo que equivale a lo que emite una persona media en España en tres meses enteros.
Por eso, los jets privados son símbolo de desigualdad climática. Mientras la mayoría intenta reciclar, ahorrar energía o usar transporte público, hay quien contamina miles de veces más en un solo capricho. Y esto alimenta un debate necesario: las causas de la contaminación aérea no son solo el turismo, sino también el lujo desmedido.
Contaminación aérea: causas y consecuencias
A estas alturas ya está claro: viajar en avión contamina, pero… ¿Qué significa eso en el día a día? Si hablamos de las causas y consecuencias de la contaminación aérea, hay que mirar más allá de los gases que suelta un avión:
- CO₂ y gases de efecto invernadero: la gasolina quemada en vuelos libera toneladas de CO₂.
- Óxidos de nitrógeno: contribuyen a la formación de ozono troposférico, dañino para la salud.
- Estelas y nubes artificiales: como ya dijimos, cambian la atmósfera y agravan el calentamiento global.
Las consecuencias no son abstractas. En nuestro artículo sobre el calentamiento global te lo explicamos: olas de calor más intensas, fenómenos extremos y pérdida de biodiversidad. Eso significa que un billete barato a Londres hoy puede traducirse en un verano de incendios mañana.
Además, como contamos en nuestro artículo sobre degradación ambiental, cuanto más presionamos los ecosistemas, más difícil será recuperar el equilibrio. Por eso, el avión es parte de un problema más grande de hábitos de consumo.
Alternativas sostenibles de viajar en avión
Ojo, que no se trata de dejar de viajar. Se trata de hacerlo con cabeza. Hay alternativas muy guays y cada vez más accesibles:
- Trenes y trenes nocturnos: no solo son sostenibles, sino que algunos trayectos son experiencias en sí mismos.
- Compartir coche: si no queda otra que carretera, mejor compartir.
- Turismo local: a veces nos empeñamos en volar a miles de kilómetros cuando a pocas horas tenemos playas, montañas y ciudades alucinantes.
- Planificación inteligente: elegir rutas más largas en tren o buses nocturnos puede salir más barato y ecológico.
En otro de nuestros artículos, te proponemos 7 alternativas eco-friendly a los trayectos en coche para tu día a día, ¡aprovecha a echarles un vistazo!
Viajar nos hace felices, pero no podemos ignorar que viajar en avión contamina mucho. Las causas de la contaminación aérea están ligadas a nuestras decisiones de consumo, y sus consecuencias ya no son problemas para el “tú” del futuro. ¿La buena noticia? Hay alternativas sostenibles, accesibles y más baratas en muchos casos.
La próxima vez que te pongas a buscar un vuelo, plantéate si realmente necesitas volar o si puedes encontrar un plan igual de épico pero con menor impacto.
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