Degradación ambiental: qué es y cómo evitarla

Si piensas en cómo era la humanidad hace apenas cientos de años, y lo comparas con el mundo actual, habría que quitar del panorama prácticamente todo lo que usamos hoy en día. Y es que no han pasado ni 200 años desde que se iluminó la primera bombilla. Esto significa que, en muy poco tiempo, la sociedad ha experimentado más cambios que en todo el tiempo anterior. Pero cuando pensamos en el progreso y todo lo que viene con la modernidad, rara vez nos paramos a considerar qué precio está pagando nuestro planeta. Y es que la degradación ambiental es un problema que no podemos ver directamente, pero que está afectando a nuestro entorno. Te contamos más sobre qué es y qué podemos hacer para detenerla.

Degradación ambiental: qué es

La degradación ambiental se refiere al daño que estamos causando al medioambiente debido a cómo vivimos, trabajamos y nos movemos por el mundo. Piensa que cada cosa que hacemos como sociedad (construir más edificios, más coches o las millones de cosas que fabricamos diariamente) va deteriorando la naturaleza. Y este deterioro no es solo estético, porque claro que todos queremos playas limpias y un bosque verde, sino que va más allá de una mancha en un paisaje bonito. 

La degradación ambiental afecta la tierra que utilizamos para cultivar alimentos, el agua que bebemos y el aire que respiramos. Y lo peor es que, aunque no lo veamos de inmediato, está sucediendo constantemente, en todas partes, aunque los efectos sean a largo plazo. 

El problema es que cada actividad humana tiene el potencial de cambiar o modificar la naturaleza de alguna manera. Por ejemplo, cuando extraemos recursos como el petróleo o diversos minerales, no solo agotamos estos bienes finitos, sino que alteramos el ecosistema de ese lugar. Y esto puede parecer como algo ajeno, porque claramente no tenemos una perforadora de petróleo en nuestra terraza, pero el petróleo está en todo lo que nos rodea. De igual forma, la tecnología que conocemos hoy en día, incluidos los móviles, sería muy diferente sin un mineral como el coltán, que puede causar muertes durante su extracción, según denuncia la Coordinadora Valenciana. 

Causas de la degradación ambiental

Las causas son muchas y la mayoría (quitando las causas naturales inevitables como huracanes, explosiones volcánicas, etc.) tienen que ver con cómo los humanos vivimos actualmente. Estas son algunas de las causas de la contaminación y degradación ambiental: 

• Industria pesada y minería. Como comentamos antes, estas actividades son las que más perjudican el medioambiente. No solo por la cantidad de recursos que consumen y los peligros asociados a esta industria, sino también por los residuos tóxicos que desechan en el aire, el agua y la tierra. 
• Agricultura intensiva. Hay más de 8.000 millones de personas en el mundo en 2024, y las Naciones Unidas prevé que seamos más de 8.600 millones para el año 2030. Para alimentar a una población mundial en constante crecimiento, muchas veces se usan técnicas abusivas que perjudican más que lo que ayudan. Es decir, el uso excesivo de productos químicos y fertilizantes con la finalidad de hacer crecer los alimentos más rápido, degradan seriamente la tierra. 
• Deforestación. Este concepto es más conocido que la degradación, pero aunque pueden estar relacionados son diferentes. Con la deforestación se destruye o se agota una superficie forestal, con el objetivo de cambiar a qué se destina ese terreno en concreto. Sin árboles, se pierde biodiversidad y se alteran los ciclos del agua y del carbono.
• Expansión urbana. A medida que más gente se mueve a las ciudades, estas tienen que crecer. El crecimiento de las áreas urbanas de España en los últimos años ha superado con creces la previsión, según datos de la Revista Ethic. Y el problema es que la mayoría de las veces no existe la planificación adecuada para esto. Más construcción significa menos espacio verde y más contaminación.

Consecuencias de la degradación ambiental

Como se puede intuir, las consecuencias de la contaminación y degradación ambiental no son pocas. Y tienen un impacto que va mucho más allá de lo que podemos (o queremos) imaginar. 

• Cambio climático. Nuestras pequeñas acciones producen grandes cambios. Porque cuando se trata del planeta, todo está conectado. No podemos ocultar la huella de carbono que dejamos a nivel individual y colectivo. Y claramente todo esto termina calentando el planeta y provocando cambios en los patrones climáticos. 
• Pérdida de hábitats. Con menos lugares naturales donde vivir, muchas plantas y animales se ven forzados a la extinción. Esto es malo no solo para ellos, sino también para las personas, porque reduce la biodiversidad, que es clave para un ecosistema saludable. 
• Escasez de recursos. Con el suelo degradado y menos agua disponible debido a la contaminación y mal manejo, puede llegar a ser un problema serio obtener suficiente comida y agua limpia. 
• Problemas de salud. Seguramente has visto alguna vez una película casi apocalíptica en la que los recursos como el agua o el oxígeno son el bien más valioso. Aunque de momento sea ficción, si no cuidamos el planeta hoy, no podemos predecir las consecuencias a futuro. Y es que si el aire y el agua están contaminados, obviamente vamos a terminar respirando y bebiendo químicos que no deberíamos. Este es un ejemplo de cómo la degradación ambiental puede llevar a enfermedades respiratorias y otras condiciones graves para la salud. 

Cómo evitar la contaminación

Si te has estado preguntando “¿y ahora qué?, ¿qué debo hacer para no echar a perder el planeta aún más?” la buena noticia es que hay algunas prácticas para evitar este escenario. Toma nota sobre cómo prevenir la contaminación y la degradación ambiental: 

• Reduce el uso de plásticos. Aquí la fórmula es muy sencilla: menos plástico = menos contaminación. Los plásticos son un problema gigante, especialmente los de un solo uso. 
• Protege los espacios naturales. Si tienes la oportunidad de apoyar proyectos de conservación o reforestación, ¡hazlo! Los espacios verdes son necesarios para mantener el equilibrio ecológico. Además, cuando estés en estos espacios recuerda recoger la basura (aunque no sea tuya), para evitar que la tierra absorba estos contaminantes. 
• No olvides reciclar. El reciclaje no es solo una moda, es una necesidad. Asegúrate de separar tus residuos correctamente. 
• Transporte sostenible. Usar el transporte público, compartir coche, caminar o andar en bicicleta son algunas de las alternativas más verdes. 
• Consume menos agua. El agua es un recurso preciado y la estamos desperdiciando como si fuera infinito. Sé consciente cada vez que abres el grifo y reduce el consumo de agua en el hogar. 
• Elige energías renovables. Si tienes la opción, cambia a fuentes de energía renovable. Muchas compañías ofrecen alternativas verdes a sus clientes. Usar energía solar, eólica o hidráulica, en lugar de combustibles fósiles, puede ser una de las acciones para reducir la contaminación que generamos.

Mantener nuestro planeta en buen estado es como cuidar nuestra propia casa: requiere esfuerzo, constancia y, sobre todo, es necesario. Ahora que sabes cómo reducir la contaminación, has dado el primer paso para evitar la degradación ambiental. Aunque no podemos controlar las acciones de otras personas o de las grandes compañías, podemos tomar el control de lo que hacemos individualmente para ayudar al planeta. 

La degradación es una carrera a largo plazo, por eso todos los días debemos poner nuestro granito de arena para preservar el lugar donde vivimos; especialmente si no quieres que las películas de ciencia ficción sean un presagio de la realidad.