Cuál es la diferencia entre bio, eco, orgánico, sostenible o natural

Ir al supermercado puede ser una tarea agradable para algunos, pero, por desgracia, no es la más tranquila para muchos. Repasa mentalmente cuándo fue la última vez que te pasaste por los pasillos del súper con un tiempo considerable para volver a casa sin prisas. Es muy posible que este escenario no sea el más habitual en tu día a día y, claro, así es complicado saber con exactitud qué tipo de productos estás metiendo en la cesta. Ni qué decir tiene el saber la diferencia entre bio y eco o aquellos que tienen una etiqueta de orgánico, sostenible o natural.

Ya te adelantamos que naturales y sostenibles no lo son todos. Así que, si lo normal es que recorras los pasillos con la hora pegada, al menos, conoce previamente qué tipo de alimentos estás comprando. A continuación, te contamos qué quiere decir bio, cuál es el verdadero significado de orgánico y cómo diferenciar los sinónimos de eco que ocupan los estantes de los supermercados.

¿Qué es un producto bio?

El término bio hace referencia a los alimentos producidos de forma tradicional y sostenible, sin utilizar químicos, según la Organización Mundial de la Salud. Aunque, es cierto que la OMS también mete en el mismo saco a los productos eco. Entonces, ¿dónde está la diferencia entre bio y eco? Pues en su manipulación genética: para que un alimento sea considerado bio, además de no presentar en su fase de producción restos químicos como pesticidas o fertilizantes, como ocurre con los eco, no debe estar modificado genéticamente

Cuando se utiliza el término eco, por norma general, se relaciona con técnicas de producción sostenibles, habitualmente tradicionales, pero, por encima de todo, respetuosas con el medioambiente. Es el caso de la actividad agrícola que trabaja con mimo para que lleguen a tu mesa los alimentos de temporada en las mejores condiciones. Además de estas características, los productos eco presentan unas cualidades únicas para poder presentar el certificado del sello ecológico europeo. Aunque este no llega a ser tan restrictivo como lo es una etiqueta bio.

Para que te hagas a la idea, cuando se habla de bio se sube el listón en los estándares de respeto y pulcritud que rodean, no solo el proceso de producción, sino también el del control más embrionario de todos. Aquí entran en juego desde los ciclos reproductivos al origen del producto animal, pasando por el control genético de la semilla hasta la calidad del suelo.

Dicho esto, si alguna vez te has preguntado por el significado de la palabra bio en los alimentos que sopesabas meter en el carro, ya sabes el peso que le dan al cuidado más primario del producto. Ahora bien, una cosa es la teoría y otra la práctica, y, desgraciadamente, no todas las prácticas empresariales se llevan a cabo de buena fe.

Greenwashing: qué es

A día de hoy, existe una gran variedad de productos que pueden ayudar a preservar el medioambiente mejorando los hábitos de consumo de las personas que lo habitan. Sin embargo, la publicidad engañosa se aprovecha de este tipo de compromiso para sacar un rédito de ello. El greenwashing se incluye entre aquellas prácticas fraudulentas que realizan ciertas empresas. Que presumen de un discurso mucho más sostenible o comprometido que el que en realidad llevan a cabo, para mejorar su reputación.

Básicamente, cuando se habla de greenwashing se habla de un tramposo lavado de cara en aras de posicionar mejor una compañía, que no cumple lo que promete, en la mente del consumidor con conciencia ambiental. Por eso, saber cómo reconocerlo y después evitarlo es fundamental para impedir un tipo de estrategias que juegan con la confianza del consumidor más comprometido. Para ello, lo mejor es informarse de qué se compra, cuál es la política de trabajo que lleva a cabo esa empresa y de qué manera se producen sus alimentos.

Lo natural y lo sintético

Si quieres saber cómo se producen los alimentos que adquieres en el supermercado, grosso modo, podrás dividirlos en dos tipos: 

  • Productos naturales: como su nombre indica, proceden de la naturaleza, ya sea una planta, una vaca o, incluso, un mineral.
  • Productos sintéticos: como dice la RAE, “que se obtiene por procedimientos industriales y que reproduce la composición y propiedades de uno natural”. Es decir, un producto que ha sido manipulado previamente por el ser humano.

Ahora bien, esto no quita que un producto sintético, si se cumplen sus características, pueda ser igualmente eco, bio u orgánico.

¿Qué es la comida orgánica?

Ahora que ya sabes qué es bio, cuál es su diferencia con lo eco y qué dos tipos esenciales de productos hay en el mercado, el siguiente paso es conocer qué es la comida orgánica. Esta se podría resumir como aquella cuyos alimentos están libres de cualquier sustancia industrial que pueda alterar el producto. Ya sabes que para diferenciarlo de un producto bio la clave está en la alteración genética, pero, ¿dónde está la diferencia entre orgánico y ecológico? Pues, si la hay, es en su certificación. Es decir, un producto orgánico puede ser natural o sintético.

Todos estos tipos de alimentos, tanto producidos como consumidos de forma comprometida con el medioambiente, fomentan ese último adjetivo del título llamado sostenible. Que no es otra cosa que preservar el entorno, sin malgastar sus recursos, durante un largo tiempo. Una meta que se trabaja apoyando estos productos que ahora sabes que, independientemente de si son más o menos buenos para las personas, son menos nocivos para el medioambiente. No es casual que suela ir unido lo sano para las personas con lo bueno para el entorno.

Ahora que ya sabes que no todas las etiquetas verdes que aparecen en los productos de los supermercados son igual de sostenibles o naturales. Como comprendes la diferencia entre eco, bio y orgánico, tal vez te interese conocer qué es el movimiento zero waste y cómo ayuda al planeta.

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